Analistas desmenuzan presencia de Chile en paraísos fiscales
Juan San Cristóbal
Un informe internacional ubica a Chile entre los cinco países de la región con mayor fuga de dineros hacia paraísos fiscales, en los últimos 40 años, con una cifra que supera los cien mil millones de dólares. Las principales fortunas del país registran empresas en estas islas, y los expertos apuntan a una legislación blanda que tampoco protege la inversión local.
El informe de la Red de Justicia Tributaria (TJN, sigla en inglés) ubica a Chile en el quinto lugar entre los países de América Latina con fuga de dineros a paraísos fiscales, con capitales que superan los cien mil millones de dólares, por debajo del éxodo de fondos en México, Brasil, Venezuela y Argentina.
Se entiende como paraíso fiscal a economías pequeñas, que reciben capitales foráneos con baja tasa impositiva, y una férrea defensa del secreto bancario y anonimato de sus titulares. La intención es no pagar los impuestos en el país, una práctica también relacionada al lavado de dinero y el narcotráfico.
Chile registra un creciente número de empresas con sede en paraísos fiscales desde la crisis de 1982. Por contraste, tampoco el escenario local es exigente para la inversión extranjera, dineros a veces ficticios y afectos a bajos impuestos, que perjudican el erario fiscal.
Para Gonzalo Durán, economista de la Fundación Sol, el modelo chileno es auxiliar a un paraíso fiscal, una plataforma que permite la acumulación y traspaso de capitales.
Durán apuntó que “en términos de la región, hay garantías para que en Chile se paguen menos impuestos. Más que paraíso fiscal, Chile es un paraíso de acumulación, porque se pueden sacar los capitales a paraísos tributarios sin restricciones, pero acá tienen otros mecanismos. Están todas las condiciones para acumular, por eso las estadísticas muestran a Chile como el país con un alto número de millonarios en proporción a su población”.
La Fundación Sol grafica que los ingresos foráneos en Chile se traducen en menos de 2 plazas laborales por cada millón de dólares. Por otro lado, los millonarios en Chile pagan pocos impuestos en relación a su fortuna, muy por el contrario a una economía familiar.
En esto coincide Orlando Balboa, académico de economía de la Universidad de Santiago, quien apunta que la desigualdad económica se transmite en los beneficios legales, con una penalización baja y oportunidades de evasión para quienes recaudan más ingresos.
“La gente de mayor ingreso reduce más impuestos, probablemente termina pagando proporcionalmente mucho menos impuesto a la renta por beneficios tributarios. Esta no es una ley fácil, entonces necesitas abogados y auditores por la pega de utilizar franquicias y beneficios que no existen para la gente. Así también, la posibilidad de usar paraísos fiscales no es algo común, es una situación de gente con grandes fortunas”, dijo.
Islas Caimán es el destino favorito, con CCU, CMPC y Coca-Cola Embonor entre las principales empresas. En Liechtenstein, Iris Fontbona de Luksic tiene una fortuna que alcanza los 16 mil millones de dólares. En las Islas Vírgenes Británicas están los fondos de Entel, donde se descubrió la empresa que acabó con la candidatura de Laurence Golborne.
Para el diputado Carlos Montes, de la Comisión de Hacienda de la Cámara, existen falencias legislativas ante la regulación de salida de divisas.
“Se estima que en evasión son 10 mil millones de dólares. Estas platas en paraísos fiscales son fuentes de depósitos con recursos no reconocidos, no explicitados, lo que obliga cambios en el sistema tributario para terminar con esto. Hay zonas claramente oscuras de todo el sistema que permiten utilidades afuera, ahora hay una ley que permitirá transparentar quiénes ganan y de qué manera”, informó el diputado.
Montes apuntó a mejorar la transparencia de políticas impositivas, un tema que es parte del debate respecto a una amplia Reforma Tributaria exigida desde sectores sociales. El cuerpo legal de Chile le permitió su ingreso a la OCDE, pero los analistas destacan vacíos que no regulan estas cuentas bancarias y la tributación de empresas chilenas.