El tiempo ha sido una de las cuestiones científicas más complicadas y menos estudiadas desde la antigüedad.
Hace ocho años (1995), científicos estadounidenses y británicos que condujeron investigaciones en la Antarctica hicieron un sensacional descubrimiento. La física estadounidense Mariann McLein contó que los investigadores observaron una niebla gris giratoria en el cielo, sobre el polo el 17 de enero, la cual ellos pensaban, se trataba de solamente una ordinaria tormenta de arena. No obstante, la niebla gris no cambió de forma y no se movió con el transcurso del tiempo.
Los investigadores decidieron investigar el fenómeno y lanzaron un globo climático con equipo capaz de registrar la velocidad del viento, la temperatura y la humedad del aire. Pero el balón climático se disparó hacia arriba e inmediatamente desapareció.
En poco tiempo, los investigadores trajeron de vuelta al suelo el balón climático, con la ayuda de una cuerda atada a él antes. Ellos se sorprendieron extremadamente de ver que un cronómetro colocado en el balón climático exhibía la fecha 27 de enero de 1965, el mismo día hacía 30 años. El experimento fue repetido varias veces, después de que los investigadores encontraron que el equipo estaba en buen estado. Pero cada vez, el reloj estaba de nuevo exhibiendo el tiempo pasado.
Hace ocho años (1995), científicos estadounidenses y británicos que condujeron investigaciones en la Antarctica hicieron un sensacional descubrimiento. La física estadounidense Mariann McLein contó que los investigadores observaron una niebla gris giratoria en el cielo, sobre el polo el 17 de enero, la cual ellos pensaban, se trataba de solamente una ordinaria tormenta de arena. No obstante, la niebla gris no cambió de forma y no se movió con el transcurso del tiempo.
Los investigadores decidieron investigar el fenómeno y lanzaron un globo climático con equipo capaz de registrar la velocidad del viento, la temperatura y la humedad del aire. Pero el balón climático se disparó hacia arriba e inmediatamente desapareció.
En poco tiempo, los investigadores trajeron de vuelta al suelo el balón climático, con la ayuda de una cuerda atada a él antes. Ellos se sorprendieron extremadamente de ver que un cronómetro colocado en el balón climático exhibía la fecha 27 de enero de 1965, el mismo día hacía 30 años. El experimento fue repetido varias veces, después de que los investigadores encontraron que el equipo estaba en buen estado. Pero cada vez, el reloj estaba de nuevo exhibiendo el tiempo pasado.
El fenómeno fue llamado “la puerta del tiempo” y fue reportado a la Casa Blanca.
La investigación de hoy del inusual fenómeno está en marcha. Se supone que el cráter en remolino sobre el Polo Sur es un túnel que permite penetrar en otros tiempos. Lo que es más, programas de lanzar personas a otros tiempos han sido comenzados. La CIA y el FBI están luchando para ganar control sobre el proyecto que pudiera cambiar el curso de la historia.
La investigación de hoy del inusual fenómeno está en marcha. Se supone que el cráter en remolino sobre el Polo Sur es un túnel que permite penetrar en otros tiempos. Lo que es más, programas de lanzar personas a otros tiempos han sido comenzados. La CIA y el FBI están luchando para ganar control sobre el proyecto que pudiera cambiar el curso de la historia.
No está claro cuándo las autoridades federales de los Estados Unidos aprobarán el experimento.
El famoso científico ruso, Nikolay Kozyrev condujo un experimento para probar que desplazarse desde el futuro hacia el pasado era posible. Él fundamentó sus opiniones con las hipótesis sobre información instantánea, difundiéndose a través de características físicas del tiempo. Nikolay Kozyrev llevó a cabo un experimento para probar que era posible el desplazamiento desde el futuro hacia el pasado. Él incluso supuso que el “tiempo podría realizar el trabajo y producir energía.”
Un teórico de la física ha llegado a la conclusión que el tiempo es lo que existía antes de la existencia del mundo.
Es conocido el hecho de que cada uno de nosotros siente un diferente curso del tiempo bajo diferentes condiciones. Una vez, un relámpago golpeó a un alpinista; más tarde, el hombre contó que el vio cuando el relámpago llegó a su brazo, y lentamente se movió a lo largo de el, separando la piel de los tejidos y carbonizando sus células. El sintió como si tuviera miles de espinas de miles de erizos bajo su piel.
El investigador ruso de fenómenos anómalos, filósofo y autor de numerosos libros, Gennady Belimov, publicó su artículo bajo el título “Máquinas del Tiempo: Primer Lugar en Velocidad” en el periódico En el Límite de lo Imposible.
El describió experimentos únicos realizados por un grupo de entusiastas, conducidos por Vadim Chernobrov, el hombre quien comenzó la creación de de máquinas del tiempo, dispositivos con bombeo electromagnético, en 1987. Hoy en día, el grupo de entusiastas puede ralentizar (retrasar) o acelerar el curso del tiempo, usando un impacto especial en el campo magnético. La mayor ralentización del tiempo ha llegado hasta 1.5 segundos en el lapso de una hora, en el equipo de operaciones en laboratorios.
En agosto de 2001, un nuevo modelo de una máquina del tiempo hecha para humanos fue colocada en un remoto bosque en la Región rusa de Volograd. Cuando la máquina fue, incluso, operada por baterías para automóviles y tenía baja capacidad, aún así logró cambiar el tiempo por un tres por ciento; el cambio fue registrado con osciladores simétricos de cristal.
Al principio, los investigadores pasaron cinco, diez y veinte minutos operando la máquina. La estadía más larga duró media hora. Vadim Chernobrov dice que la gente sintió como si se movieron a un mundo diferente; se sentían aquí y “allá” al mismo tiempo, como si algún espacio se estuviese desplegando.
Es conocido el hecho de que cada uno de nosotros siente un diferente curso del tiempo bajo diferentes condiciones. Una vez, un relámpago golpeó a un alpinista; más tarde, el hombre contó que el vio cuando el relámpago llegó a su brazo, y lentamente se movió a lo largo de el, separando la piel de los tejidos y carbonizando sus células. El sintió como si tuviera miles de espinas de miles de erizos bajo su piel.
El investigador ruso de fenómenos anómalos, filósofo y autor de numerosos libros, Gennady Belimov, publicó su artículo bajo el título “Máquinas del Tiempo: Primer Lugar en Velocidad” en el periódico En el Límite de lo Imposible.
El describió experimentos únicos realizados por un grupo de entusiastas, conducidos por Vadim Chernobrov, el hombre quien comenzó la creación de de máquinas del tiempo, dispositivos con bombeo electromagnético, en 1987. Hoy en día, el grupo de entusiastas puede ralentizar (retrasar) o acelerar el curso del tiempo, usando un impacto especial en el campo magnético. La mayor ralentización del tiempo ha llegado hasta 1.5 segundos en el lapso de una hora, en el equipo de operaciones en laboratorios.
En agosto de 2001, un nuevo modelo de una máquina del tiempo hecha para humanos fue colocada en un remoto bosque en la Región rusa de Volograd. Cuando la máquina fue, incluso, operada por baterías para automóviles y tenía baja capacidad, aún así logró cambiar el tiempo por un tres por ciento; el cambio fue registrado con osciladores simétricos de cristal.
Al principio, los investigadores pasaron cinco, diez y veinte minutos operando la máquina. La estadía más larga duró media hora. Vadim Chernobrov dice que la gente sintió como si se movieron a un mundo diferente; se sentían aquí y “allá” al mismo tiempo, como si algún espacio se estuviese desplegando.
“No puedo definir las inusuales sensaciones que experimentamos en tales momentos.”
Ni la televisión ni las empresas de radio informaron el asombroso hecho. Gennady Belimov dice que el presidente ruso no fue informado del experimento. Sin embargo, el cuenta que ya bajo Stalin había un Instituto de Investigación del Mundo Paralelo. Los resultados de experimentos conducidos por los académicos, Kurchatov y Ioffe pueden ahora ser encontrados en los archivos.
En 1952, el jefe de la policía secreta soviética, Lavrenty Beria inició un caso contra los investigadores que participaban en los experimentos, y como resultado de esto, 18 profesores fueron ejecutados por disparos, y 59 candidatos y doctores de ciencias físicas fueron enviados a campamentos de prisión. El Instituto recomenzó su actividad bajo Khruschev. Pero una postura experimental con ocho investigadores principales desapareció en 1961, y los edificios fueron cerrados, y se arruinó el edificio en donde fueron realizados los experimentos.
Después de esto, las oficinas políticas del Partido Comunista y el Consejo de Ministros decidió suspender a los investigadores del Instituto por un período incierto.
El programa fue reanudado en 1987, cuando el Instituto ya funcionaba en el territorio de la Unión Soviética. Una tragedia ocurrió el 30 de agosto de 1989: una explosión extremadamente grande se produjo en la oficina sucursal del Instituto, en las islas Anjou. La explosión destruyó, no solo el módulo experimental de 780 toneladas, sino que también el mismo archipiélago, que cubría un área de 2 kilómetros cuadrados.
Según una de las versiones de la tragedia, el módulo con tres experimentadores chocó con un gran objeto, probablemente un asteroide, en el mundo paralelo o bien dirigiéndose a él. Habiendo perdido su sistema de propulsión, el módulo probablemente permaneció en el mundo paralelo.
El ultimo registro hecho en el marco del experimento, y se mantiene en los archivos del Instituto dice:
En 1952, el jefe de la policía secreta soviética, Lavrenty Beria inició un caso contra los investigadores que participaban en los experimentos, y como resultado de esto, 18 profesores fueron ejecutados por disparos, y 59 candidatos y doctores de ciencias físicas fueron enviados a campamentos de prisión. El Instituto recomenzó su actividad bajo Khruschev. Pero una postura experimental con ocho investigadores principales desapareció en 1961, y los edificios fueron cerrados, y se arruinó el edificio en donde fueron realizados los experimentos.
Después de esto, las oficinas políticas del Partido Comunista y el Consejo de Ministros decidió suspender a los investigadores del Instituto por un período incierto.
El programa fue reanudado en 1987, cuando el Instituto ya funcionaba en el territorio de la Unión Soviética. Una tragedia ocurrió el 30 de agosto de 1989: una explosión extremadamente grande se produjo en la oficina sucursal del Instituto, en las islas Anjou. La explosión destruyó, no solo el módulo experimental de 780 toneladas, sino que también el mismo archipiélago, que cubría un área de 2 kilómetros cuadrados.
Según una de las versiones de la tragedia, el módulo con tres experimentadores chocó con un gran objeto, probablemente un asteroide, en el mundo paralelo o bien dirigiéndose a él. Habiendo perdido su sistema de propulsión, el módulo probablemente permaneció en el mundo paralelo.
El ultimo registro hecho en el marco del experimento, y se mantiene en los archivos del Instituto dice:
“Estamos muriendo, pero sigan llevando a cabo el experimento. Es muy oscuro aquí; vemos cómo todos los objetos se convierten en dobles, nuestras manos y piernas son transparentes, podemos ver las venas y huesos a través de la piel. El abastecimiento de oxígeno será suficiente durante 43 horas más, el sistema de apoyo de vida está seriamente dañado. Nuestros mejores saludos a las familias y amigos!”
Luego, la transmisión se detuvo repentinamente...
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