viernes, 11 de enero de 2013

CHILE , 202 AÑOS DE ANARQUIA-LIBERAL, A AÑOS LUZ DE SUECIA


Estado de Bienestar Sueco


El estado de bienestar sueco es la variante sueca del estado de bienestar de economía mixta
que se encuentra
 en muchos países del Primer Mundo. Sistemas similares se encuentran en otros países nórdicos.
El sistema sueco ha sido categorizado por muchos observadores como un sistema intermedio entre
 la economía 
capitalista y la economía socialista. Los que apoyan la idea sugieren que Suecia ha encontrado una
manera de
 lograr uno de los más altos niveles mundiales de igualdad social sin coartar el espíritu innovador o
empresarial 
(por ejemplo, el empresario sueco Ingvar Kamprad -propietario de IKEA- es el hombre más rico en
 Europa y el 
cuarto más rico del mundo). Este punto de vista es cuestionado tanto por aquellos que proponen la
 liberalización 
económica en Suecia como por los escépticos en la capacidad del socialismo como un sistema de
 manejo 
económico viable, como, por ejemplo, el economista sueco Assar Lindbeck que es un crítico de los
 logros del
 estado de bienestar de su país.

















La frase "modelo sueco" ha sido también utilizada como concepto más general. Por ejemplo, en
 2006, la Revista
 Australiana de Finanzas[cita requerida] contenía un artículo que elogiaba lo que decía era el distintivo
 modelo sueco
 de economía y política. Y The Economist publicó, también en 2006, un artículo titulado "The Swedish
 Model" 
comparándolo favorablemente al "modelo social" europeo.1
Admiración por el sistema económico sueco ha ido tradicionalmente de la mano con admiración con
 lo que se 
dice es la actitud "liberal" (de aceptación razonable) en relación a problemas sociales.
El sistema sueco se constituyó lenta pero constantemente durante el siglo XX como consecuencia de
 muchas
 decisiones. Este desarrollo fue liderado por el Partido Socialdemócrata y lossindicatos suecos. Enfrentó
 la
 oposición de la comunidad de negocios y la oposición liberal y conservadora, sin embargo esa oposición
 (política)
 llegó a aceptar mucho del sistema social democrático y, generalmente, ha trabajado a fin de reformarlo
 desde
 dentro de sus parámetros.
Desde la gran crisis de comienzos de los años 90 Suecia ha experimentado una importante serie de
 reformas 
modernizadoras de su viejo Estado de bienestar, tendientes, por una parte, a reducir su abultado
 tamaño y,
 por otra parte, a crear sistemas de bienestar basados en la colaboración público-privada y una
amplia
 libertad
 de elección ciudadana. De esta manera se ha ido creando lo que podría llamarse un “nuevo modelo
 sueco”,
 que
 hoy es pionero en el mundo y cuya existencia explica, en buena medida, los notables éxitos
 económicos
 recientes de Suecia sin por ello haber perdido la base de equidad e igualdad que caracteriza su
sistema social.2

Índice

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[editar]Orígenes

Hay una disputa acerca de si el estado de bienestar se originó en Suecia en los años 1930 o a fines
del siglo XIX,
 antes que los socialdemócratas accedieran, por primera vez, al poder. Tanto en 1847 como en
 1853 se
 aprobaron
 en Suecia "Leyes de ayuda a los pobres", tomándose así los primeros pasos hacia el estado
de
 bienestar. 
La Confederación de Sindicatos Suecos (Landsorganisationen i Sverige, literalmente "Organización
 Nacional en
 Suecia", referida comúnmente como LO) fue fundada en 1898 con un estrecho lazo al partido
 socialdemócrata. 
Pero ya en 1913 el partido liberal (no socialista), con el apoyo general de la población, comenzó
 a expandir el
 ámbito de los beneficios sociales. Otros países industrializados esperaron hasta la gran depresión
 de los 1930
 para tomar medidas similares. Una explicación posible, a menudo aducida para explicar esos
avances son ciertas
 normas culturales que se remontan a una sociedad de pequeñas aldeas agrícolas que se industrializo 
relativamente tarde. Esos valores culturales promueven igualitarismo, cooperación y conformidad
 por sobre el
 individualismo -ver lagom y Ley de Jante.
El estado de bienestar como tal fue construido mayormente gracias a la colaboración por un lado,
 entre el partido
 socialdemócrata sueco y los liberales y, por el otro, entre los sindicatos, que envolvían casi a la
 totalidad de la
 población y las industrias, universalmente sindicalizadas. Incluso en el presente los sindicatos
juegan un papel 
importante en la sociedad sueca. En enero del 2002, la L.O. tenía 1.900.000 miembros (de una
 población total de
 9.000.000 de habitantes) Las industrias suecas mayores cuentan, desde los fines del siglo XIX,
con unas cuantas
 industrias "globales" tales como ElectroluxVolvo y Ericsson que, en 1902 se unieron en una
confederación que,
 desde 2001, se llama la "Confederación Sueca de Empresas" que consiste en 48 asociaciones
 sectoriales 
representando cerca de 55.000 empresas con más de un millón y medio de empleados.
El partido liberal paso la Ley de Pensiones en 1913 a fin de proveer seguridad para los ancianos
. En 1918 un 
gobierno de coalición liberal-socialdemócrata aprobó una nueva ley de los pobres, transfiriendo la
 responsabilidad
 de cuidar a quien requiriera ayuda a los gobiernos locales (municipalidades) con el gobierno
nacional a cargo de
 proveer apoyo administrativo. Esta ley se constituyó en la piedra base del sistema sueco de
 asistencia social por
 las próximas cuatro décadas.
En 1938 se firmó el acuerdo de "Saltsjöbaden" entre los representantes de los trabajadores y
los de los 
empresarios. Ese acuerdo resolvió varios problemas relacionados con el mercado del trabajo.
 Esto formó las 
bases de un arreglo de relaciones industriales particular a Suecia, el llamado "espíritu de
Saltsjöbaden", 
caracterizado por una voluntad de cooperación y un sentido de responsabilidad mutua para
resolver asuntos
 laborales. Este acuerdo representó también el deseo de ambas partes de evitar legislación,
 es decir mantener
 libertad de acción en relación a la habilidad de representar sus miembros.3 Este acuerdo todavía
 esta vigente.
El desarrollo de ese sistema continuó durante las décadas del 1950 y 60, período en el cual
Suecia llegó a ser el 
segundo país más prospero del mundo, con un nivel prácticamente nulo de paro o desempleo.
 Llegó a su cumbre
en la década de 1970 cuando llegó a incluir la totalidad de la población, con sistemas de
asistencia social desde
el cuidado de recién nacidos a retirados, pasando por educación gratuita y subsidiada a todos
 los niveles y 
seguros de desempleo.

[editar]Desarrollos posteriores

El sistema empezó a declinar como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973. Las tasas
 de impuestos y el
 desempleo aumentaron, en consecuencia, el dominio socialdemócrata fue roto y por periodos
 breves el país fue
 controlado por gobiernos de derecha moderada.
Con posterioridad se vio una crisis recesionaria en el país, lo que llevó a una disminución del
gasto social en los 
1990. Lo que causó problemas sociales, por varios años, por ejemplo, la criminalidad aumentó.
 Eventualmente
 Suecia superó esa recesión, pero en el 2000 hubo una nueva, aunque menor, crisis, debido al fin
 de la burbuja del
 dot-com. Medidas precaucionaras más profundas han producido nuevamente una economía fuerte
 y creciente.
En la actualidad, aunque es claro que el clima económico mundial esta cambiando, con la
 "externalización" o 
subcontratación siendo un desafío serio a los niveles de vida y trabajo en Suecia, los niveles
de educación, 
servicios de salud y abundantes recursos naturales han permitido que Suecia mantenga niveles
 relativamente altos
 de crecimiento económico y empleo: a pesar que hay un debate acerca de los niveles reales
 (algunos creen que 
son muy altos entre los jóvenes) Suecia ha sido recientemente catalogada como una de las
economías más
 fuertes en Europa. De acuerdo a la ONU,4 Suecia tiene uno de los niveles de pobreza más bajo
 del mundo (6%) y
 esta entre las cinco naciones con la distribución del ingreso más igualitaria. Sin embargo, 
su Producto Interior Bruto es ahora más bajo que el de otros países nórdicos y el crecimiento
 económico se ha 
transformado en una materia de preocupación.
Políticamente, Suecia es alabado por muchos como un ejemplo de lo exitoso que puede
ser el proyecto
 socialdemócrata. Muchos elogian a ese partido por haber logrado superar la recesión de los
 80 y 90 y argumentan
 que los problemas que Suecia confronta son producto de una adaptación progresiva a la
 economía global. 
Otros argumentan que el sistema presente depende en un nivel de impuestos excesivo y que
modificaciones son
 necesarias a fin de promover crecimiento económico. Agregan que el sistema crea un
"bidragskultur" (cultura del
 bienestar) en la cual la gente, especialmente los jóvenes no se sienten motivados para trabajar.
 Otros responden
 que esos jóvenes trabajarían si pudieran encontrar trabajo.
En las elecciones del 2006 el país estaba dividido entre los partidarios de la izquierda y los
 de la derecha. Pero
 incluso los derechistas (que ganaron) intentan mantener lo fundamental del estado de
bienestar, con 
modificaciones a fin de reducir el desempleo y promover el crecimiento económico. Ninguno
 de los partidos 
mayores de Suecia propone disolver ese estado de bienestar, dado que tal propuesta seria
 profundamente
 impopular con la población, que en general es escéptica de propuestas de los extremos
 tanto de derecha como
 de izquierda.
En ese sentido, las modificaciones danesas -que tiene un sistema similar- y que ha logrado
reducir su desempleo
 disminuyendo las medidas de seguridad laboral (es decir, haciendo más fácil despedir a un
 trabajador) se han
 convertido en objeto de estudio en Suecia. Nadie sabe que sucederá en el mediano o largo
 plazo como 
consecuencia de tales medidas, que hacen que el sistema danés -que esta siendo llamado
de "flexicurity"
 (seguridad flexible) - se asemeje al modelo anglosajón (inglés) de estado de bienestar.
Suecia no es el único
 país que esta estudiando esos desarrollos. Se dice que Francia esta también interesada.

[editar]El nuevo modelo sueco

La gran crisis de comienzos de los años 90 fue el punto de partida de una búsqueda por
 reconstruir el modelo de
 Estado de bienestar, entendiendo que para hacer sostenible un alto nivel de solidaridad
social y responsabilidad 
pública había que replantear las bases mismas sobre las que se había construido ese Estado.
 Para ello Suecia
 emprendió, con un fuerte consenso político de fondo en cuanto a la necesidad y la dirección
de las reformas,
 una profunda reconstrucción de su Estado de bienestar que lo hace hoy un verdadero pionero
 en Europa, 
particularmente por sus avances en integrar un muy alto nivel de responsabilidad pública por
el bienestar de su
 pueblo con una amplia libertad ciudadana de elección y la incorporación plena del empresariado
, el pluralismo y
 la competencia en la provisión de los servicios públicos del bienestar.
El cambio realizado puede ser resumido en tres rúbricas:
  • De la gestión pública a la responsabilidad pública
  • Del monopolio al pluralismo
  • De la asignación administrativa a la libertad de elección
El viejo Estado benefactor de Suecia se caracterizaba por darle a los ciudadanos un tipo de
 bienestar muy amplio
 pero sobre el cual los mismos tenían muy poca influencia directa y aún menos libertad de
elección. Este Estado
 gestionaba directamente y de manera monopolista los servicios que asignaba a los ciudadanos
 buscando “darles
 a todos lo mismo”. El nuevo Estado de bienestar, que surge de las reformas modernizadoras
 iniciadas en los 
años 90, afirma la responsabilidad pública en vez de la gestión pública, el pluralismo en vez
 del monopolio y la 
libertad de elección en vez de la asignación administrativa. Estos son los principios que, por
 ejemplo, han regido
 las amplias reformas del sector público educativo y de la sanidad, afirmado una gran
responsabilidad pública en 
cuanto a que nadie le falte una educación o sanidad digna y de calidad pero no en detrimento
 de la pluralidad de
 proveedores o de la libertad de elección ciudadana. Lo que de esta manera se ha entendido
 es que nada tiene
 que ver el garantizar el acceso de todos a ciertos servicios como la educación y la sanidad
con el hecho de que
 sea el sector público quien directamente los gestione.

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